miércoles, 25 de diciembre de 2013

Adiós, 2013


Definitivamente 2013 ha sido un año lleno de lecciones.

Me ha enseñado que…

La distancia no es el olvido. No sí se lucha por evitarlo.

No necesitas ver o hablar con un amigo todos los días para saber que está ahí, contigo.

No somos inmortales.

El verdadero egoísmo está por encima de la sangre.

Soy capaz de hacer cosas que desconocía que podía.

La inseguridad puede costarte tu propia felicidad.

Todo esfuerzo tiene su recompensa, o al menos, su reconocimiento.

Las palabras son inmortales. No todos los actos perduran.

Correr libera tu mente. Al menos, momentáneamente.

No siempre te van a querer como quieras.

El karma existe.

domingo, 15 de diciembre de 2013

No va de princesas


Sus labios de color fresa recordaban al poema de Rubén Darío, pero la triste realidad es que sus besos sabían a amargo café y cigarros baratos. Ella no era ninguna princesa. No necesitaba a nadie que la rescatara.

No le hacía falta un caballero de brillante armadura que le enumerase todas y cada una de sus virtudes.  Se las sabía de memoria. Sólo le rompieron el corazón una vez, pero dolió tanto que una vez recogió los pedazos, los tiró a la basura. Así es más práctico, solía afirmar.  

Adoraba comprobar cómo su generación iba cuesta abajo y sin frenos. Qué divertido era ver a todos intentar ser diferentes siguiendo el mismo patrón. Siempre que tenía la oportunidad, brindaba con cerveza por ellos, los mediocres, como ella solía llamarlos.

lunes, 25 de noviembre de 2013

"Me gusta"

Ése momento en el que se escribe por notoriedad. En el que se disfruta más con la acogida de los demás que con la satisfacción propia de conseguir plasmar en unos párrafos la maraña de pensamientos que tienes en la cabeza.

Y entonces lo suben a Facebook, y es como “eh, mírame, ¡escribo cosas profundas!”. Y todos les dicen que son geniales, porque escriben. Entonces te planteas que tú podrías hacer lo mismo, que podrías recibir halagos y ser el centro de atención por unos momentos.

Pero entonces caes y recuerdas que te hiciste un blog anónimo porque aunque también era por vergüenza, no querías que nadie condicionase tus escritos. Y las personas que lo conocen, ya te conocían de antes lo suficiente como para saber que no vas a cambiar.


Así que cuando alguien demanda nuevamente atención a través de la escritura, esa escritura que nosotros como bloggers tanto apreciamos, cierro la página. Sé a dónde tengo que acudir para leer algo escrito de verdad

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Hasta siempre, amigo

Nos conocimos cuando yo tenía unos ocho años y tú apenas un mes de vida. Nunca me sentí muy segura estando cerca de los que son como tú, pero en cuanto te conocí perdí el miedo.

Te recuerdo como un bebé tembloroso al que le encantaba la leche y le costaba subir las escaleras. Siempre me mirabas con esos ojitos brillantes, como si quisieras decirme “ayúdame, que yo solo no puedo”. Y jamás olvidaré cuando descubrimos el miedo que le tenías al secador.

Siempre que volvía a casa lo hacía corriendo, ilusionada porque volvería a verte y me alegraba saber que tú sentías lo mismo. Tú, puro nervio. No dejabas de saltar y hacías lo que fuese para alcanzar las cosas de la mesa. Daba igual que fueras pequeño, tú siempre te las apañaste para lograrlo.

Hemos crecido juntos durante los siguientes quince años. Quince años donde te he hablado como si fueras una persona, paseado juntos bajo la lluvia, jugado y gritado. Aunque tú más bien me ladrabas.

No voy a mentir y a decir que has sido un súper perro, porque siempre fuiste un mimado y un gamberro. Aunque en parte es nuestra culpa, y ahí me tengo que callar.

Después de quince años contigo hoy tengo que aprender a vivir sin ti. Y créeme, qué raro va a ser no verte deambular la casa y redescubrir que te la conoces mejor que yo.

Dondequiera que estés (ese cielo de los perros del que todo el mundo bromea), pórtate bien, no comas con esas ansias tuyas y no te metas con los que son más grandes que tú. Yo nunca olvidaré que fuiste mi mejor amigo. 

lunes, 4 de noviembre de 2013

En el autobús


Mentiría si negase todas esas veces en las que se quejó de viajar en autobús. Sin embargo, ahora que hace balance de esta y pasadas trayectorias, resulta que siempre ha sacado algo bueno.

El autobús se convierte en la primera opción para aquellas personas que repiten el recorrido más de lo normal, o que simplemente, recaen el peso de la decisión en el precio del billete. Sea como sea, a ella siempre le pareció que en este vehículo por lo general viaja la gente más cercana, la más sencilla. Quizás la carencia de enchufes, televisión y demás entretenimiento parecido es la que empuja a la gente a dejar a un lado sus teléfonos móviles y prestar atención aunque sea durante unos instantes de la persona que tiene al lado.

Ese algo bueno que suele sacar son en su mayoría historias. Gente que aguanta cuatro horas dentro de un autobús de dudosa calidad con el consuelo de que en la estación estarán esperándoles personas que entran en el rango de especiales. Y durante esas cuatro horas, todos sufren juntos cuando el chófer viene con retraso o cuando hay lluvia.

A veces lo único que consigue son buenas reflexiones, y algunas de esas se acaban convirtiendo en lecciones para toda la vida. Es lo curioso del viaje. Nunca es el mismo, nunca sabes lo que te va a tocar. 

domingo, 27 de octubre de 2013

De peleas y reconciliaciones



Sé que me estás mirando, es como una punzada aguda en el pecho. Y honestamente, no sé en qué punto estoy. No sé si estoy enfadada, dolida, molesta… No sé cómo sentirme. Ni siquiera sé quién de los dos ha tenido la culpa.

Aunque por mi garganta antes corrían gritos y sinsentidos, ahora un grueso nudo me impide tan siquiera susurrar. Y sé que en el momento que mis labios se despeguen, echaré a llorar. Me prometí a mí misma que no me volverías a ver llorar, que sería tan fría como un témpano de hielo. Ése que tú eres, al menos por fuera.

Y aunque estemos cada uno en una esquina del sofá, te siento lejos. Quizás por eso no salgo corriendo directa a la habitación o al cuarto de baño, porque será como rendirse. En vez de eso sigo mirando por la ventana desde mi sitio, con las piernas pegadas a mi pecho a modo de armadura.

Como si fuese a funcionar, pienso. Estoy inmersa en un sinfín de recuerdos. No sé cuántas veces te lo he dicho, pero mi cabeza procesa los malos recuerdos a una velocidad súbita cuando estoy en este estado.

Entonces aparecen tus brazos de la nada que me rodean y me arrastran hasta tu pecho. Ya te voy conociendo, y sé que es tu manera de decir que lo sientes.


-Yo también lo siento. –Murmuro en un suspiro mientras me arrebujo en tu camisa.

martes, 15 de octubre de 2013

Viejas costumbres


Fue entonces cuando te vi.

Tenías el pelo un poco más largo que de costumbre. Me detuve en él por unos instantes y descubrí que estaba un poco más claro de lo habitual. Rápidamente, rememoro cuán habitual era encontrarte en la playa junto a tu vieja tabla de surf. ¿Recuerdas cuántas veces te dije que odiaba ese rubio imposible? Qué difícil resulta ahora sacar de mi memoria cómo era surcado por mis manos.

Llevabas ese jersey enorme de color azul oscuro que conseguí que te compraras. Aunque tú no estabas muy convencido. Me gustaba robártelo en las mañanas de domingo y llevarlo cual vestido. Aunque probablemente lo que más me gustaba era la cara que ponías.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando tus ojos finalmente encontraron a los míos, aún perdidos en ese jersey. En ese momento caí en la cuenta de que llevaba los labios de ese rojo intenso que a ti tanto te gustaba y que yo siempre descarté.

Quizás se me daba demasiado bien echarte de menos. Disfruté en el modo en que te acercaste a mí, con las manos en los bolsillos. Solías hacerlo muy pocas veces, sólo cuando te sentías inseguro. Al parecer las viejas costumbres se mantienen fuertes. 

-El rojo siempre te quedó bien. -Me dices tratando de usar esa falsa arrogancia tuya.- Casi tanto como este jersey. 

lunes, 30 de septiembre de 2013

Problemas


The closer you think you are, the less you’ll actually see.
J. Daniel Atlas – Now You See Me

A lo largo de nuestra vida, nos han enseñado que siempre que se nos presente un problema debemos centrarnos en los datos de máxima importancia, dejando a un lado el resto. Lo hacían incluso con los problemas de matemáticas. “Observa los datos que te dan”, solía decir mi maestra de primaria.

Pero lo que no nos enseñan es que cuanto más cerca creemos estar, menos llegaremos a ver. Incluso con los problemas de matemáticas, otra vez.

Para afrontar los problemas debemos dar un par de pasos atrás en todos los aspectos posibles. En el tiempo, en la perspectiva…

Será entonces cuando nos demos cuenta de que nuestros problemas, son meras piedrecitas en el camino.

Y en caso de ser un problema real, siempre podrás memorizar el enunciado. Acabarás recordando qué hay que hacer en estos casos. 

domingo, 29 de septiembre de 2013

El poder de la palabra

El poder de la palabra es algo que muy pocos comprenden y aún menos dominan.  

Pocos recuerdan ya que palabras impregnadas en viejas cartas fueron las que salvaron a aquellas parejas condenadas a la lejanía. Que son el elemento clave para que un contrato sea o no justo. Que pueden brindarte más oportunidades de las que tú mismo crees. 

Una palabra en el momento y lugar idóneo puede animar a una persona, así como hundirla. Reflejan quiénes somos, cómo pensamos, e incluso cómo hemos sido educados. Nos cuentan segundas intenciones entre líneas. Crean confesiones, formulan cuestiones.

Nos distingue de los animales. Nos ayuda a manifestar si estamos contentos, tristes, enfadados o pletóricos a esas personas que no pueden vernos a diario cara a cara. Ahí es cuando la palabra se vuelve más fuerte: en la distancia. 

Deja que tus palabras me acaricien cuando tus manos no puedan hacerlo.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Recortes de plantilla

Mis manos temblorosas jugaban entre ellas enredando unos dedos con otros, tratando de mantenerme lo suficientemente ocupada como para distraerme de lo que acababa de suceder. Procuré no levantar la vista, sabiendo que en el momento en el que me cruzase con otro par de ojos rompería a llorar.

Abandoné las oficinas y salí corriendo hasta alcanzar el primer banco que vi. Me senté sobre el respaldo, como siempre, colocando los pies donde realmente debería haberme sentado. Llevaba un buen rato con la cara hundida entre las manos, y a su vez, con los codos apoyados en las rodillas. Irónico que saliese en busca de aire fresco.

Finalmente mi cuerpo decidió que no podía con tanta presión y liberó toda la energía negativa en forma de lágrimas. No puedo decir cuánto tiempo llevaba allí cuando sentí cómo alguien más ocupaba el banco. Mi banco.

¿Quién podía acercarse voluntariamente a una persona que lloraba desconsolada en medio de la calle? Tal fue mi curiosidad que no pude evitar observar de soslayo al individuo en cuestión. Cualquiera en su situación se hubiese puesto a compadecerme. Él simplemente permanecía a mi lado.

No debía ser mucho más mayor que yo. Tenía un aire despreocupado y llevaba la camisa por fuera del pantalón. Debía ser de alguna oficina cercana.

-Un mal día en el trabajo, ¿eh? –Preguntó de repente.

-…funesto. –Murmuré poniendo los ojos en blanco. Él soltó una risilla.

-Bueno, piensa que en unas horas no tendremos que verles las caras a esos capullos de ahí arriba. –Dijo señalando hacia el edificio del que salí.

-¿Sabes? Eres la primera persona que no parece sentir lástima por mí. GRACIAS.

-¿Por qué debería sentir lástima?, ¿sólo porque estás de bajón?

-Porque soy pequeña, parezco débil… -Comencé a enumerar.

-Tonterías. –Me cortó.- No hay ninguna razón lógica por la que debería sentir lástima. Y si es a lo que estás acostumbrada, deberías hacer recortes de plantilla sobre los que te rodean. 

viernes, 20 de septiembre de 2013

Bienvenido, Otoño


De un día para otro me encuentro buscando a tientas las sábanas de la cama. El ahora fresco viento se cuela por las rendijas de mi persiana y entra en contacto con mi piel, erizándola. Me arrebujo entre las telas y me enrosco como un minino para protegerme. Tú no tardas en aparecer, deslizándote a través de mi espalda y rodeando mis brazos con los tuyos.

-Acabo de recordar por qué me gusta tanto el otoño.

martes, 27 de agosto de 2013

Especial


Especial, especial, especial, especial…

Aquella palabra retumba en la cabeza de la joven, otra consecuencia más de aquella maldita resaca. Fue una de esas noches tontas en las que con una copa en la mano y un puñado de frutos secos, sientes que puedes solucionar el mundo junto a tus amigos. Que no es tan difícil salir de la crisis y que la fortaleza llega a tu vida de la mano de otra persona.

-Creo que la persona que más especial me ha hecho sentir en la vida es él. Y digo “él” porque nunca llegué a saber su nombre. –Sonrió.- Me observaba desde lejos como si fuese el objeto más frágil y hermoso que hubiese visto en su vida. Quizás por eso nunca llegó a acercarse, por si me rompía. Entonces un día, desapareció.

-¿No lo volviste a ver?

-Nunca más. –Sacudió la cabeza.- Sus ojos azules se borraron del mapa y se llevaron consigo mi lógica destructiva de que todos somos especiales. 

domingo, 25 de agosto de 2013

La Carpeta Gris - Playa

La playa siempre será una y mil veces mejor con ellas

  • Porque somos muy diferentes. 
  • Porque siempre acabamos riendo a carcajada limpia. 
  • Porque siempre acabamos hablando de lo mismo...
  • Porque no nos juzgamos. 
  • Porque puedo ser yo misma y ninguna tiene la más mínima intención de cambiarme. 
23 de agosto, playa La Barrosa. 

miércoles, 14 de agosto de 2013

El mundo amarillo - La Carpeta Gris


«Cuando estás enfermo llevan un control de tu vida, un historial médico. Cuando estás viviendo, deberías tener otro. Un historial vital».

Así comienza el sexto descubrimiento de Albert Espinosa, autor del libro El mundo amarillo. He de admitir que los empecé años atrás, pero jamás los continué. Con los 23 años recién sacados del horno –o la nevera, por eso del calor- pienso que puede ser un buen momento para comenzar.

Albert afirma que la mejor manera de ir recopilando un historial vital es hacerlo en una carpeta bien grande, de color gris, en la que también ir guardando muestras. Siendo tan desordenada como soy, he decidido crear una sección que se llame La Carpeta Gris, en la que ir colocando cualquier cosa buena que me vaya pasando a lo largo del día o de la semana. ¿Las pruebas? Fotografías.  

martes, 30 de julio de 2013

De refranes va la cosa

Nos han enseñado a lo largo de nuestra vida que lo bueno debe durar. La ropa, los coches, las tecnologías, el amor verdadero… Pocos siguen ese refrán de «lo bueno, si breve, dos veces bueno».

Es como si ninguno de nosotros quisiera percatarse de que lo más hermoso de esta vida, probablemente no dura más que unos minutos, y con suerte. Un beso, una risa, un abrazo, una mirada, una estrella fugaz… Incluso el propio verano, se nos antoja efímero.

Abandonar las cosas que nos hacen sentir tan bien nos resulta imposible, e intentamos y volvemos a intentar mantenerlas con nosotros, a nuestro lado.

Quizás deberíamos aprender a apreciar la intensidad del momento, y dejar ir a aquello que nos llena el corazón, dejarlo ir con la corriente. Y quién sabe…


«Si amas algo déjalo ir, si regresa es tuyo»

miércoles, 24 de julio de 2013

miércoles, 10 de julio de 2013

El deseo

-Ocho. –Anuncia representando el número con los dedos de sus manos.- Ocho días para que cumplas los veintitrés. Te haces vieja, ¿eh?

-Me hago mayor. –Puntualiza ella.- Aunque a estas alturas no estoy muy segura de querer dejar atrás este año…

-Va a pasar quieras o no. –Se encogió de hombros.- Al menos siempre puedes pedir un deseo. He oído que este año quieres una tarta con velas a toda costa, ¿no?

-Si las velas no se soplan el deseo no se cumple. –Le recuerda.- Tampoco tengo muy claro qué quiero pedir…

-Podrías pedir dejar de ser tan insegura. –Propuso.

-O un trabajo…

-…o independizarte…

-…o tú-ya-sabes-qué…

-…quizás puedes pedir “ser feliz”. Eso lo englobaría todo, ¿no?

martes, 9 de julio de 2013

Demasiado tiempo



Quizás después de todo sí que necesito un descanso. Un tiempo para pensar qué quiero hacer con mi vida, hacía dónde la quiero redirigir y a quién necesito presente en ese camino que tanto ansío empezar.

La tormenta pasó y ahora encuentro una calma plena. Una calma a la que no consigo adaptarme y que me deja mucho tiempo, demasiado, para pensar y repensar.

Así, comienza un periodo que anhelo breve. Un periodo para reencontrarme conmigo misma, con quien quiero ser.  

lunes, 20 de mayo de 2013

El día en que me dejes de querer


La quería libre y joven, con los ojos en el mar y la cabeza en cualquier parte.

Quizás lo primero que le llamó la atención de ella fue esa frescura que acompañaba a su sonrisa sempiterna. Por supuesto que no era perfecta, pues tenía un montón de defectos… Pero incluso ellos hacían de aquel ser una persona única.

-El día en que me dejes de querer –le decía-, me convertiré en mar para volver a verte cada tarde. 

martes, 14 de mayo de 2013

Echar de menos



-¿Cuál crees que es el sentimiento más sincero? –Pregunta de repente en una de esas noches en las que intentan arreglar el  mundo.

-El odio. –No tarda su amigo en responder.

El joven simula el sonido de un pulsador al fallar en la respuesta de un concurso de televisión.

-Error. –Sonríe.- Es extrañar.          

-¿Se puede saber por qué?

-En muchas ocasiones, echamos de menos cosas y personas incluso cuando no queremos que esto pase. Un antiguo amor, viejos amigos, sensaciones… -Explica.- Yo mismo siento ahora morriña de la casa de mis padres, de tener el mar a menos de quince minutos, retomar algo que solías hacer... ¿Nunca has echado de menos que sonara una canción en la radio? ¡Realmente la extrañas! Nadie influye de forma directa, es algo que tu cuerpo y tu mente demanda. A veces echamos de menos cosas que ni siquiera tenemos, como un trabajo en el cargo soñado o una pareja. Sin duda creo que es el sentimiento más personal que tenemos, y posiblemente uno de los más difíciles de expresar.

-Precisamente echaba esto de menos. –Apunta el otro con el dedo.- Tú filosofando.

-¿Sabes qué? Tenías razón: en este momento el odio es mi sentimiento más sincero. 

jueves, 9 de mayo de 2013

Días de reflexión


Últimamente podemos escuchar por todas partes esa vieja canción que nos repite que vivamos cada día como si fuera el último. Cómo decirles a esas personas que también existen días que funcionan de nexo, y otros tantos como “día de reflexión”. Esos días no son menos válidos por el hecho de que no contengan el objetivo principal. Ni menos importantes.

A veces es necesario tomarnos un respiro, reflexionar y pensar en el camino que estamos tomando. 

martes, 2 de abril de 2013

Lecciones...


Qué curiosa resulta a veces la vida, ¿no?

Siempre nos han dicho que nunca nos acostaremos sin haber aprendido algo nuevo. Y qué razón. El día de hoy me ha enseñado infinito sobre las equivocaciones.

Posiblemente lo más importante que he aprendido es que todo el mundo se equivoca. En mi mundo la metepatas suelo ser yo, así que resulta todo un gran logro haber descubierto que todos venimos con ese porcentaje de error.

Me gustaría recordarme a mí misma que siga mi criterio y mis intuiciones. Así no dolerán tanto los fallos de hoy, que pudieron ser los aciertos de ayer. Hay que respirar hondo e ir a contracorriente, aunque resulte incómodo.

Las equivocaciones vienen precedidas de malas decisiones tomadas de forma inoportuna. Palabras erróneas, querer acelerar el proceso de algo natural, vender la piel del oso antes de cazarlo…

Hoy quiero dar las gracias a todas las personas que hoy se han equivocado –entre las que me incluyo, por supuesto- por haberme demostrado que el mundo es maravillosamente imperfecto. 

domingo, 3 de marzo de 2013

Enhorabuena


-¿Y bien? –Pregunta la joven tras dar un sorbo a su bebida.- ¿Qué tal te va con ella?
-Pues increíblemente bien. –Responde el chico acomodándose en su asiento.- ¿Recuerdas todas aquellas peleas tontas? Han desaparecido. Ni siquiera un mal gesto. Nada.
-¿Y eso es bueno?
-Eso creía hasta ahora. –Admite alzando una ceja.- ¿Qué sucede?
-Según tenía entendido discutíais porque no le contabas cómo te sentías, si estabas saturado de trabajo y cosas así. Querías ser libre, ¿verdad?
-Así es, sí.
-Pues enhorabuena, porque prácticamente ya lo eres. La estás perdiendo y ni siquiera te estás dando cuenta. 

domingo, 10 de febrero de 2013

Carnaval


A veces resulta necesario cambiar de piel, ponernos un nuevo atuendo y disfrutar por unas horas de ser alguien al que probablemente ni nos parezcamos. 

viernes, 1 de febrero de 2013

Alicia


Para los tiempos que corren, no resulta fácil vivir en un lugar como este. Con una demografía digna de ciudad y una geografía más bien propia de pueblo, los pocos y buenos lugares que quedan se ven infestados de gente no grata. Al menos para ella.

Alicia ha aprendido a convivir con este sentimiento, y siente su ciudad como una especie de corral. De vez en cuando descubre gente como ella, que desea escapar de aquí. Gente que anhela probar ciudades de verdad, buscarse la vida trabajando de lo que sea. Aquellas personas que ven el resto de idiomas como herramientas del día a día. Está cansada de la incultura que se desprende de sus calles, promovida por gente de su edad.

Una vez llega a casa, suspira resignada y se desprende de aquel bombín que ha provocado las burlas de sus paisanos. Tendrá que esperar a un lugar mejor.

sábado, 26 de enero de 2013

Zoe



El abrigo cuelga sobre el respaldo de la silla, a unos centímetros de entrar en contacto con el suelo. 

La joven da una nueva calada a su cigarro y contempla el humo que emerge de su boca. Siempre le gustó la forma en la que este se contoneaba hasta perderse más arriba, por el aire.

Desde el exterior escucha como colisionan unas bolas de billar. En ese mismo instante se pregunta cuáles fueron las decisiones que le han llevado hasta allí, cuánta gente perdió en el camino y qué lecciones le quedan.

No se arrepiente demasiado, aunque debería. Por suerte o por desgracia Zoe no sabía arrepentirse de sus acciones.

Apagando la colilla en la que reposa su lápiz de labios, la joven retoma el abrigo y se sube en el primer autobús que pasa.

«Lo importante de la vida no es como empieza, sino como acaba», suspira.

martes, 1 de enero de 2013

¡Despegamos!


Bueno chicos, antes que nada: FELIZ 2013! 

Hoy empiezo el nuevo blog. Son cuentas diferentes, de forma que vosotros conozcáis la existencia del otro blog pero el resto conocerá únicamente el del nuevo. Aquí iré escribiendo mis relatos, pero en el otro me encontrareis de forma más activa. Dicho esto ahora mismo voy a empezar a seguiros a todos con la otra cuenta para no perderos la pista.