jueves, 31 de julio de 2014

18 de julio

Soy más listo por quien soy que por mi edad, la verdad. © SFDK “Malviviendo”

Puedo decir con toda certeza y sin probabilidades de equivocarme que esta frase no se corresponde con mi caso. Me he equivocado una y cien veces, me he ido de la lengua, he elegido mal,  he tropezado en la misma piedra –aunque puedo decir satisfecha que esas piedras jamás han tenido nombre de chico–, me he dejado llevar por la situación, no he pensado algunas cosas antes de hacerlo… Pero aquí estamos después de todo, en una buena posición, que no es poco.

Tras unas prácticas de nueve meses –todos sabemos que “prácticas” es igual a “trabajar gratis”–, encuentro trabajo como recepcionista. Meses de verano, pero curro al fin y al cabo. Conseguí ese B2 de inglés en un año cuando en la academia me decían que el temario estaba planeado para dos. Me volví a comprar mis propias velas de cumpleaños alegando a mi ya famoso «cada uno se fabrica su suerte». Y aquí estoy yo, comprándome el derecho de pedir deseos.

He aprendido que la experiencia lo es todo en esta vida. Que sí, que todos lo sabemos pero cuando uno lo experimenta en su propio pellejo parece que ha descubierto la receta de la Coca Cola. Tengo más templanza, separo el trabajo de la vida personal y sigo teniendo hambre de cambio y de mejora. Que las ganas que dan título a este blog se multiplican.

Sólo me queda retomar el deporte y finiquitar ese B1 de alemán (como metas a MUY corto plazo, ¿eh? Yo sigo dando guerra).


Así que bienvenidos seáis 24 años, aunque sea tarde. Me gusta por donde va avanzando mi historia.