lunes, 17 de octubre de 2011

Polos opuestos


-¿Por qué actúas como si en realidad te importara la gente? –Pregunta Roxy, como ahora se hace llamar dando una calada a un cigarro.- A la gente le das igual, ¿sabes?

-Yo no actúo, soy así. –Se encoge de hombros, como si eso pudiera salvarla de las acusaciones de aquella chica que solía conocer.- Trato a los demás como me gusta que me traten a mí.

-Ingenua… -Dice soltando una risita entre dientes.- Voy a dejar el tema, pero que sepas que sigo sin entender esa bondad tuya que no te lleva a ninguna parte.

-¿Ah no? –Percibe la molestia en su voz.- Míranos, somos un contrapunto. Yo soy el tipo de persona que hace florecer sonrisas donde tú ante sembraste malas actitudes.

viernes, 14 de octubre de 2011

Lena


Después de cinco días tumbada en su cama llorando, Lena agarra el teléfono y marca su número. Mientras suenan los primeros tonos, echa un vistazo atrás.

Él. La persona más maravillosa del mundo le había traicionado. Le supo realmente mal suplantar su identidad en aquella red social, pero sin embargo es algo de lo que jamás se arrepentirá. En su cabeza aún están grabados los nombres de todas aquellas chicas que se mensajeaban con su chico. Aunque en realidad duda si alguna vez fue solamente suyo.

-Te echo de menos. –Dice él nada más descolgar el teléfono.
-…necesito hablar contigo. –Responde ella con un hilo de voz. Se siente idiota al comprobar que una sola palabra suya puede más que cualquier esfuerzo que realice.

Horas más tarde se encuentran en el pub de siempre con su portátil. Ella le indica a qué chica debe borrar, y él obedece con una facilidad que resulta preocupante. Una vez fuera, caminan de la mano como antes. Irónico, pues ahora parecen completos extraños, desconocidos. Mientras él mantiene la vista al frente ella, a pesar de sentirse la reina de los idiotas, se sigue preguntando si algún día podrá volver a confiar en él. Después de todo, la persona más maravillosa del mundo ha dejado mucho que desear. 

jueves, 13 de octubre de 2011

Autum


Se acerca, puede sentirlo. El frío se desliza por sus sábanas hasta erizarle la piel. En el cristal resbalan algunas gotitas, traídas por el relente de la noche. Desde la ventana comprueba cómo los colores del paisaje han pasado a ser naranjas, marrones y grises. Saca su viejo jersey de lana, sus botas, sus leotardos. Se coloca esa boina que ya casi tenía olvidada en el fondo del armario y sale corriendo a la calle. Una vez sobre su bicicleta, respira el aroma a lluvia y a castañas asadas.

«Bienvenido, Otoño. Te echaba de menos».
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En la entrada anterior Edita me preguntaba si podía hacer una historia de Harry. Bien, me encanta que te haya inspirado y no es que no te merezcas hacer una historia partiendo de ésa. Simplemente es una de esas historias que se guardan en un cajón (tal y como dice Kate) y que puedes volver a sacar en cualquier otro momento. De hecho la historia continuaba, pero se había vuelto demasiado frívola para mi gusto. De todas formas si veo que no hay manera y que realmente no puedo moldearla más, te la cederé sin ningún problema :)

viernes, 7 de octubre de 2011

Harry



Con su guitarra colgada a la espalda, Harry pedalea a toda velocidad calle abajo. Durante el trayecto tiene más de un encontronazo con peatones, casi atropella a un perro y es el receptor de los numerosos bocinazos de molestos conductores. Lejos de disculparse, suelta una sonora carcajada y le hace un gesto obsceno a todo aquel que osa a insultarlo.

Oficialmente queda atrás un gran verano, uno digno de recordar. Han sido tres meses en los que no han faltado playas, fiestas, alcohol, y muy buena compañía. De hecho, aún conserva en el cuello un último recuerdo.
Apenas le ha colocado el candado a su bicicleta cuando la campana marca el comienzo de las clases. Se apura para dejar la guitarra en su taquilla y se va en busca de su nueva aula.

Una vez consigue localizarla, agudiza el oído tratando de identificar la voz de su nuevo tutor. Tras unos minutos, Harry descubre que se trata de Ms. Porter. Ella ha sido su profesora de literatura desde que ingresó en aquel instituto, así que no duda en girar el picaporte y adentrarse durante una explicación sin su consentimiento. ¿Para qué?, se pregunta a sí mismo. Sabe que ni siquiera va a llamarle la atención.

-¿Qué hay, clase? –Saluda descarado.

Entonces un murmullo crece en el aula hasta convertirse en un griterío. Algunos le saludan, otros ríen y comentan su impertinencia. Complacido por la respuesta obtenida, mira a Ms. Porter con aire despreocupado. Ése es el momento en el que descubre que junto a ella hay una chica en pie.

-¡Silencio! –Grita Ms. Porter. Al instante todos recuperan un estado sosegado.-…como os iba diciendo ésta es Hayley Johnson. Es nueva en la ciudad y en el instituto, así que por favor quiero que seáis amables con ella.

Ambas comparten una sonrisa y es entonces cuando la nueva, como ya le ha bautizado Harry en su cabeza, se sienta en una de las primeras filas, junto al ventanal. Él también acude a su asiento. Su mejor amigo, Liam, se ha encargado de guardárselo.

(Fragmento de una historia que no llegó a ninguna parte)

domingo, 2 de octubre de 2011

Carta a ti


Para ti, la persona que está al otro lado de la pantalla:

Sé que las cosas no están resultando como esperabas, que últimamente no te encuentras tan a gusto contigo mismo como deberías y que tu vida está pasando ante tus ojos demasiado rápido. Y sí, también sé que tus amistades no parecen percibirlo. Pero eh, estate tranquilo porque todos nos sentimos o nos hemos sentido así alguna vez. Y tiene solución. Casi todo en esta vida lo tiene.

Por eso quiero que te des una larga ducha y que esos pensamientos oscuros que te vienen rondando rueden por tu cuerpo hasta llegar al sumidero. Como gotas de agua. Quiero que cojas tu camiseta favorita, te arregles el pelo y guardes tu canción en el móvil. Reúnete con todos esos compañeros, amigos y en definitiva personas que signifiquen algo para ti. No olvides que mereces la pena, y créetelo porque es verdad. Eres especial, que nadie te diga lo contrario. Así que ánimo, que hoy no es más que uno de esos tristes y melancólicos domingos que todo el mundo odia.

Un abrazo,


Summer