-¿Y bien? –Pregunta la joven tras dar un
sorbo a su bebida.- ¿Qué tal te va con ella?
-Pues increíblemente bien. –Responde el
chico acomodándose en su asiento.- ¿Recuerdas todas aquellas peleas tontas? Han
desaparecido. Ni siquiera un mal gesto. Nada.
-¿Y eso es bueno?
-Eso creía hasta ahora. –Admite alzando
una ceja.- ¿Qué sucede?
-Según tenía entendido discutíais porque
no le contabas cómo te sentías, si estabas saturado de trabajo y cosas así.
Querías ser libre, ¿verdad?
-Así es, sí.
-Pues enhorabuena, porque prácticamente
ya lo eres. La estás perdiendo y ni siquiera te estás dando cuenta.