sábado, 31 de diciembre de 2011

Feliz 2012


Y entonces una mañana te despiertas y caes en la cuenta de que es el último día del año. He intentado hacer un balance general, de verdad que sí, pero unos momentos se pisan con otros y acabo enredándome con mi propia vida… Luego traté de escribir una entrada de agradecimiento, pero entonces se formó un nudo en mi garganta y los dedos se engarrotaron.

Así que sólo deciros, bloggers, que la vida pinta mucho más bonita este 2012; que abráis vuestras mentes, que os dejéis querer e ilusionar, que abracéis a vuestros amigos con todas vuestras fuerzas, que beséis con unas ganas locas y que creáis en los milagros. Sed felices, escuchad esa canción una y mil veces más y sobretodo, sed valientes.

Os deseo el más feliz 2012,


Summer

jueves, 29 de diciembre de 2011

Mi milagro de Navidad


Mientras la multitud corre de un lado a otro ultimando las compras navideñas en aquella ciudad repleta de luces, nosotros disfrutamos del reencuentro más dulce mientras paseamos de la mano compartiendo bromas, besos y abrazos. Y cómo son las cosas, que ni el frío me molesta.

La noche llega y con ella la banda sonora de La vida es bella. Entonces me muero de ganas de decirte que sí, que la vida es mucho más bonita ahora que tú estás aquí, conmigo. Y aunque cada despedida sea más triste que la anterior, te confieso que te tengo presente a cada momento, en cada canción, en cada fotografía, y en cada relato. Que has conseguido lo que nadie, y que por todo eso (y mucho más) eres mi milagro navideño.  

viernes, 23 de diciembre de 2011

Nos vemos pronto


El reloj de la estación marca la hora pactada. Allí decenas de familias se reencuentran entre abrazos, sonrisas y alguna que otra lágrima; mientras que tú sacas tu maleta de mi coche. Permanezco a tu lado, observándote callada mientras pienso cuál es la forma comedida de despedirte, como si fuera partícipe del secreto más celoso de la historia. Me miro las manos, los pies… y entonces vienes de nuevo, me tomas del brazo y me das un beso en la comisura de los labios antes de decirme «hablamos luego, ¿vale?». Y es ahí cuando la tristeza se marcha, y para mis adentros susurro un «feliz navidad». Una vez te has marchado, subo a mi coche y abandono aquella ciudad después del día más maravilloso bajo un atardecer de esos que tanto te gustan...

martes, 20 de diciembre de 2011

Cómo decirte...



Me pides una nueva historia y no sé cómo decirte que no puedo, que me resulta imposible escribirla. Que es irónico crear un relato ficticio cuando la mejor de las historias está sucediendo realmente, y que supera por completo a cualquiera que haya escrito antes.  Que estas manos, las mismas que plasman esta entrada, sólo se estremecen con el roce de las tuyas; y que en estas noches tan frías mi cabeza nos reproduce detalle a detalle. Y es que cuando menos te lo esperas, la mejor de las historias comienza.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Sophie (2)



Construyamos un fuerte con las sábanas de tu cama, dame todos esos besos que me debes y por favor, abrázame fuerte en una noche como ésta.

Ella no dice nada, tan sólo se cuelga de su cuello y comienza a recorrerlo con el filo de sus labios. Se escuchan suspiros, nudos que recorren ambos cuerpos hasta estallar en sus bocas en forma de sonrisa tonta. «Y tan tonta» piensa Sophie mientras le mira a los ojos, tímida como el primer día. Pero para entonces, cuando son los rayos la única iluminación, lo único que lamenta es no haber dado ese paso antes.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Sophie


El frío sortea su ropa y avanza hasta colarse en sus huesos. Se le eriza la piel, su respiración se entrecorta e incluso sus dientes castañean. Él le observa de lejos, divertido, mientras ella se hace un ovillo en el sofá. Fuera, las primeras gotas de lluvia cuentan los segundos que el joven tarda en acercarse a ella con la manta más grande que encuentra en la casa. Sin mediar palabra, cubre por completo a ambos, quedando a oscuras sin más luz que la que logra traspasar la gruesa tela. Ella se recuesta en su hombro, con los ojos cerrados. Él, a su lado, se acerca lentamente a su oído para susurrarle aquello que llevaba tanto tiempo deseando escuchar. 
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ Continuará _ _ _ _ _ _ _ _ _ _


Muchas gracias a Whenthesungoesdown por ayudarme con esta entrada :)

domingo, 4 de diciembre de 2011

Jesse



El suave traqueteo del vagón mece a la joven, que descansa plácidamente sobre el pecho de su acompañante. En su cabeza un sinfín de recuerdos, en su bolsa una cámara de fotos y en sus manos entrelazadas las suyas, esas grandes y protectoras manos.

Él procura permanecer quieto, con miedo a despertarla. De vez en cuando, cuando las tentaciones le ganan, besa con dulzura su cabeza y se embriaga de su aroma. Los primeros rayos de sol se cuelan entre las cortinas, y es entonces cuando se escucha por megafonía que están llegando a su destino.

-Buenos días, princesa. –Susurra en su oído.- Ya hemos llegado.

martes, 29 de noviembre de 2011

Hugo


-Entonces, ¿ya está, se lo vas a decir así sin más? –Pregunta Craig mientras intenta abrir un litro de cerveza con su bufanda.- Después de tanto tiempo pensaba que como mínimo habría mariachis.

Hugo trata de sonreír, pero al final acaba robándole la botella a su amigo y quitándole el tapón como si nada.

-¿A qué más tengo que esperar? –Se encoge de hombros.- Llevo casi un año tras ella. Conozco sus gustos, sus manías, he soportado a sus novios y demás amigos especiales… No quiero vivir con el “¿y si…?” ni un instante más. Me supera.

Craig no dice nada, simplemente da un sorbo de la cerveza y mira a su amigo. Cavila durante un rato hasta posicionarse en todo este asunto.

-¿Sabes qué te digo?, ¡Que pa’lante! –Exclama.- Yo también estoy harto de verte pasarlo mal, para que lo sepas. Y en el remotísimo caso que te diga que no, no te preocupes, porque sabes que esta rubia siempre va a estar ahí para ti.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Rachel


La televisión suena de fondo mientras Rachel aporrea el teclado de su ordenador. El gran ventanal que da al salón acoge a la más oscura de las noches mientras Robert se toma el último café. Le observa desde la barra de la cocina, atento.

-¿Y bien? –Pregunta apoyando ambos brazos en la encimera.- ¿Sale algo?

La joven sacude la cabeza en señal de negación y se frota la cara con ambas manos. Suelta un hondo suspiro y tras una breve pausa, mira a su compañero de piso.

-Lo dejo. –Anuncia.- No valgo para esto.

El chico deja su bebida a la mitad y se sienta frente a ella, sobre la mesita auxiliar. Rachel pasea la vista por toda la habitación antes de detenerse en los ojos de Robert.

-Rachel…

-Por favor, no. –Le corta en seco.- Ya está, no lo hago bien… Lo único que escribo son historias de amor, fantasías edulcoradas que siempre acaban de la misma forma.

Robert espera unos instantes antes de pedirle permiso para opinar. Ella asiente. Le gusta escucharle.

-Mira cariño, esto no se basa en hacerlo bien o mal. Se basa en si a ti te hace bien o no, y ambos sabemos que es uno de tus mayores placeres en esta vida. Y respecto a la temática de los temas, sólo tengo que pedirte que te fijes en cómo funciona el mundo en estos días. La gente necesita historias de amor que les vuelvan a ilusionar, que les transporte lejos de aquí. 
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No sé cómo ha sucedido pero Summer of ’90 ha conseguido alcanzar los 101 seguidores :D Quería daros las gracias a todos, desde los que están desde el principio hasta los últimos que han llegado. Gracias por comentar en cada entrada, por animarme a seguir escribiendo y por supuesto por compartir vuestras historias conmigo. Un beso enorme, Summer.  

domingo, 20 de noviembre de 2011

Mike


Tres días. Hace tres largos días que Mike no puede pegar ojo. En su cabeza los recuerdos cobran vida; puede ver otra vez cómo aquellos chicos atormentan al enclenque de Paul y cómo el cabecilla de tal infame banda le señala y le advierte que será el próximo. A veces la ansiedad es tan grande que acaba vomitando, resultándole imposible retener alimento alguno o respirar con normalidad.

Mike no puede evitar soltar una risa amarga cuando ve todas esas campañas contra el bullying, la doble moral utilizada. ¿Cómo confesar semejantes hechos al mismo profesor que ha pasado por alto un maltrato tan obvio? Aún recuerda como en octavo la tutora del curso hizo permanecer sentada a una chica con su abusón alegando que no tenía poder para cambiar a los alumnos de sitio.

Lamentablemente ése es el pan de cada día en una pequeña ciudad como la suya. Por eso no para de tachar días mentalmente hasta que consiga salir de allí, de ése atolladero que tanto le está asfixiando. ¿El destino? No importa mientras sea lo bastante grande como para resultar un desconocido. Algún día volará, libre como un pájaro y aquellos años quedarán tan atrás que no los recordará.

domingo, 13 de noviembre de 2011

Muérdeme las ganas


Dame un abrazo, juega con mi pelo y muérdeme las ganas. Ilusióname un día e ignórame al siguiente. Hazme sentir deseada, querida, única. No tengas reparos en decirme lo que sientes, lo que piensas… lo que sueñas. Enséñame a quererte y ten paciencia. Mucha paciencia. Háblame a dos centímetros de distancia, tiéntame con la mejor de tus armas. Pero sobretodo quiéreme, ya me encargaré de que sea la mejor decisión que jamás tomaste. 

lunes, 17 de octubre de 2011

Polos opuestos


-¿Por qué actúas como si en realidad te importara la gente? –Pregunta Roxy, como ahora se hace llamar dando una calada a un cigarro.- A la gente le das igual, ¿sabes?

-Yo no actúo, soy así. –Se encoge de hombros, como si eso pudiera salvarla de las acusaciones de aquella chica que solía conocer.- Trato a los demás como me gusta que me traten a mí.

-Ingenua… -Dice soltando una risita entre dientes.- Voy a dejar el tema, pero que sepas que sigo sin entender esa bondad tuya que no te lleva a ninguna parte.

-¿Ah no? –Percibe la molestia en su voz.- Míranos, somos un contrapunto. Yo soy el tipo de persona que hace florecer sonrisas donde tú ante sembraste malas actitudes.

viernes, 14 de octubre de 2011

Lena


Después de cinco días tumbada en su cama llorando, Lena agarra el teléfono y marca su número. Mientras suenan los primeros tonos, echa un vistazo atrás.

Él. La persona más maravillosa del mundo le había traicionado. Le supo realmente mal suplantar su identidad en aquella red social, pero sin embargo es algo de lo que jamás se arrepentirá. En su cabeza aún están grabados los nombres de todas aquellas chicas que se mensajeaban con su chico. Aunque en realidad duda si alguna vez fue solamente suyo.

-Te echo de menos. –Dice él nada más descolgar el teléfono.
-…necesito hablar contigo. –Responde ella con un hilo de voz. Se siente idiota al comprobar que una sola palabra suya puede más que cualquier esfuerzo que realice.

Horas más tarde se encuentran en el pub de siempre con su portátil. Ella le indica a qué chica debe borrar, y él obedece con una facilidad que resulta preocupante. Una vez fuera, caminan de la mano como antes. Irónico, pues ahora parecen completos extraños, desconocidos. Mientras él mantiene la vista al frente ella, a pesar de sentirse la reina de los idiotas, se sigue preguntando si algún día podrá volver a confiar en él. Después de todo, la persona más maravillosa del mundo ha dejado mucho que desear. 

jueves, 13 de octubre de 2011

Autum


Se acerca, puede sentirlo. El frío se desliza por sus sábanas hasta erizarle la piel. En el cristal resbalan algunas gotitas, traídas por el relente de la noche. Desde la ventana comprueba cómo los colores del paisaje han pasado a ser naranjas, marrones y grises. Saca su viejo jersey de lana, sus botas, sus leotardos. Se coloca esa boina que ya casi tenía olvidada en el fondo del armario y sale corriendo a la calle. Una vez sobre su bicicleta, respira el aroma a lluvia y a castañas asadas.

«Bienvenido, Otoño. Te echaba de menos».
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En la entrada anterior Edita me preguntaba si podía hacer una historia de Harry. Bien, me encanta que te haya inspirado y no es que no te merezcas hacer una historia partiendo de ésa. Simplemente es una de esas historias que se guardan en un cajón (tal y como dice Kate) y que puedes volver a sacar en cualquier otro momento. De hecho la historia continuaba, pero se había vuelto demasiado frívola para mi gusto. De todas formas si veo que no hay manera y que realmente no puedo moldearla más, te la cederé sin ningún problema :)

viernes, 7 de octubre de 2011

Harry



Con su guitarra colgada a la espalda, Harry pedalea a toda velocidad calle abajo. Durante el trayecto tiene más de un encontronazo con peatones, casi atropella a un perro y es el receptor de los numerosos bocinazos de molestos conductores. Lejos de disculparse, suelta una sonora carcajada y le hace un gesto obsceno a todo aquel que osa a insultarlo.

Oficialmente queda atrás un gran verano, uno digno de recordar. Han sido tres meses en los que no han faltado playas, fiestas, alcohol, y muy buena compañía. De hecho, aún conserva en el cuello un último recuerdo.
Apenas le ha colocado el candado a su bicicleta cuando la campana marca el comienzo de las clases. Se apura para dejar la guitarra en su taquilla y se va en busca de su nueva aula.

Una vez consigue localizarla, agudiza el oído tratando de identificar la voz de su nuevo tutor. Tras unos minutos, Harry descubre que se trata de Ms. Porter. Ella ha sido su profesora de literatura desde que ingresó en aquel instituto, así que no duda en girar el picaporte y adentrarse durante una explicación sin su consentimiento. ¿Para qué?, se pregunta a sí mismo. Sabe que ni siquiera va a llamarle la atención.

-¿Qué hay, clase? –Saluda descarado.

Entonces un murmullo crece en el aula hasta convertirse en un griterío. Algunos le saludan, otros ríen y comentan su impertinencia. Complacido por la respuesta obtenida, mira a Ms. Porter con aire despreocupado. Ése es el momento en el que descubre que junto a ella hay una chica en pie.

-¡Silencio! –Grita Ms. Porter. Al instante todos recuperan un estado sosegado.-…como os iba diciendo ésta es Hayley Johnson. Es nueva en la ciudad y en el instituto, así que por favor quiero que seáis amables con ella.

Ambas comparten una sonrisa y es entonces cuando la nueva, como ya le ha bautizado Harry en su cabeza, se sienta en una de las primeras filas, junto al ventanal. Él también acude a su asiento. Su mejor amigo, Liam, se ha encargado de guardárselo.

(Fragmento de una historia que no llegó a ninguna parte)

domingo, 2 de octubre de 2011

Carta a ti


Para ti, la persona que está al otro lado de la pantalla:

Sé que las cosas no están resultando como esperabas, que últimamente no te encuentras tan a gusto contigo mismo como deberías y que tu vida está pasando ante tus ojos demasiado rápido. Y sí, también sé que tus amistades no parecen percibirlo. Pero eh, estate tranquilo porque todos nos sentimos o nos hemos sentido así alguna vez. Y tiene solución. Casi todo en esta vida lo tiene.

Por eso quiero que te des una larga ducha y que esos pensamientos oscuros que te vienen rondando rueden por tu cuerpo hasta llegar al sumidero. Como gotas de agua. Quiero que cojas tu camiseta favorita, te arregles el pelo y guardes tu canción en el móvil. Reúnete con todos esos compañeros, amigos y en definitiva personas que signifiquen algo para ti. No olvides que mereces la pena, y créetelo porque es verdad. Eres especial, que nadie te diga lo contrario. Así que ánimo, que hoy no es más que uno de esos tristes y melancólicos domingos que todo el mundo odia.

Un abrazo,


Summer

sábado, 24 de septiembre de 2011

Melinda



Melinda siente una punzada en el pecho cada vez que le preguntan por él. No sabe cómo decir que ya no están juntos, que llevan vidas separadas y que no hay esperanza de volver. Por eso se limita a decir «bien», esboza una sonrisa y cambia de tema de la forma más sutil que puede.

Después de tanto tiempo aún se descubre mencionándolo, pensando qué estará haciendo y si a él le pasará lo mismo. Melinda no puede evitar soltar una lagrimita cada vez que recuerda todo lo vivido, todo lo andado… pero al fin y al cabo no se arrepiente de aquella decisión tomada por ambas partes. Él ha cambiado. Ella ha cambiado.

Ahora comienzan las clases y se revuelve temerosa ante el pensamiento de posibles encontronazos en cualquier cambio de clase. Tantas preguntas en la cabeza en tanto tiempo para sólo atinar a saludarlo con la mano. 
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Muchas bloggers me habéis preguntado sobre el tipo de música que Luke escucha. Bien, Luke es una representación de todas esas personas que critican los gustos musicales de los demás. Para bien o para mal conozco un montón de personas así, así que el CD de Luke podría contener desde El Canto Del Loco hasta Nirvana, lo cual no le hace ni mejor ni peor, sino irrespetuoso.

He estado desaparecida (otra vez) del mundo Blogger por diversos motivos: falta de inspiración, escuela de idiomas, la prescripción de la universidad... (que por cierto si me aceptan estudiaré Publicidad y Relaciones Públicas). Así que bueno, en cuanto tenga solventado básicamente lo primero apareceré con más frecuencia por aquí :)

domingo, 18 de septiembre de 2011

Luke


El grupo va camino de la ciudad vecina en el coche de Mark. Luke va de copiloto, como siempre, sintiéndose el amo de la carretera a pesar de que no es él quien conduce. Una nueva canción suena en la radio y Mike, que se encuentra en uno de los asientos traseros les pide que eleven el volumen de la música. Luke se niega y cambia de emisora.

-¿Por qué no? -Pregunta el joven Mike.- ¡Ni siquiera es tu coche!

-Venga, Luke. -Apremia Mark.- ¿Qué más te da?

El chico hace caso omiso de sus amigos y en silencio saca un CD de su mochila. 

-Esto es buena música. -Apunta.- No como esa mierda que quieres escuchar...

Sube el volumen hasta retumbar el coche entero y canta cada canción a pleno pulmón. Mike le lanza una mirada a través del espejo retrovisor a Mark. Éste se la devuelve.

-Luke, espero que disfrutes de este viaje porque será el último que hagas con nosotros de copiloto.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Volver a empezar


Summer abre su nueva agenda y comienza a copiar el horario del próximo curso. Después de un importante verano vuelve a la universidad, pero con una carrera y compañeros diferentes.

Su fondo de armario ha cambiado, su peinado, su forma de ver el mundo. Incluso lleva ese pendiente que llevaba queriendo durante tanto tiempo. Está creciendo, está tomando decisiones por sí misma y aquellas personas que están a su alrededor están aprendiendo a aceptarlas.

Y así, con las pilas recargadas, se prepara para lo que promete ser un gran curso. No pasa nada si llega algún momento de bajón, sólo tiene que pensar en ese viaje a Nueva York que le espera con la llegada de un nuevo verano. 

martes, 6 de septiembre de 2011

Hasta pronto, verano.


Summer contempla sentada en aquel muro de piedra del viejo paseo marítimo cómo los turistas más rezagados recogen sus cosas tras un largo día de playa. Todas las sombrillas están cerradas, y la piel se le eriza con una suave pero a la vez fría ráfaga de aire.


«El verano se marcha», piensa. Puede sentirlo.

Aquel ha sido sin duda alguna uno de los veranos más significativos de su vida. Ha trabajado de verdad por primera vez, ha puesto sus conocimientos en práctica y ha aprendido muchísimas cosas más. Ha conseguido abrirse un poco más, no dejarse vencer por la timidez o el desconocimiento. Se ha sentido útil, capaz. Y ahora que lo ha probado, quiere más.

Así que recoge sus cosas y sigue estudiando para los exámenes de septiembre. El verano ya ha llegado a su fin, pero bueno, siempre puede encontrar algún trabajo en Navidad.
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Como podéis ver he cambiado los colores de la página. Quería dejar a un lado todo lo blanco y negro y pensé que estaría bien hacerlo con los colores del otoño. Aún está en fase experimental pero bueno, todo se andará. 

miércoles, 24 de agosto de 2011

You can't always get what you want


Uno de los grandes éxitos de los Rolling Stones suena en la vieja radio mientras Eric pone el motor de su furgoneta a punto. Ya no le parecen una pérdida de tiempo todos esos veranos que pasó en el taller de su abuelo.

Canta a todo trapo mientras ajusta tuercas, comprueba el aceite y arranca una y otra vez aquel Ford F150 4x4 con el que había soñado durante tanto tiempo. Está tan sumergido en él que ni siquiera se percata de la presencia de una segunda persona.

-¿…Eric? –Pregunta una voz dulce y temerosa.- ¿Podemos hablar?

Se detiene por unos momentos y aguanta la respiración. Ha estado evitándola durante toda una semana; así que ahora se encuentra acorralado, con la guardia baja.

-Habla tú, yo estoy haciendo cosas. Por si no lo ves. –Responde entre dientes.

Continúa dando vueltas alrededor del coche bajo la atenta mirada de Mandy. Ésta trata de contenerse, de comprender por lo que está pasando. Lamentablemente eso no lo hace más fácil.

-¿Es verdad lo que dicen? –Continúa.- ¿Te marchas?

Él no dice nada, sigue arreglando el motor hasta que la chica eleva sus palabras por encima del volumen de la radio.

-Nunca pensé que eras de los que huyen…

-¿Y quién huye, si se puede saber? –Hacía tiempo que no le miraba directamente a los ojos.- No tengo nada que me ate aquí, ¿por qué debería quedarme? Me han expulsado del instituto, tengo antecedentes, todo el barrio me odia… Y tú no vas a estar para mí.

-Yo siempre voy a estar para ti, Eric. –Murmura.- Como siempre lo estuve.

-No del mismo modo. –Gruñe.

Ambos quedan en silencio y comienza una nueva canción del mítico grupo. Eric deja las herramientas sobre su mesa de trabajo y se acerca a la chica en son de paz. Ésta permanece en silencio, toma la mano que él le ofrece y caminan hasta la parte de atrás del vehículo. Ambos suben y se quedan contemplando el cielo mientras las letras de aquella melodía cobran su significado…

…you can’t always get what you want.


lunes, 22 de agosto de 2011

Obsesión


Mírame. Siente cómo mi mirada te atraviesa el alma de tal forma que te mueras por saber mi nombre. Sonríeme. Averigua todo sobre mí. Haz todo lo posible por hacerme ver que soy la única en tu vida; que siempre lo seré. Sígueme por los pasillos, búscame en cada rincón y trata de llamar mi atención. Adora mi sonrisa. Piensa en mí cada noche antes de irte a dormir. Amanece con mi rostro en tu cabeza. Imagina cómo sería tu vida conmigo. Háblales a tus amigos sobre mí. Búscame en las redes sociales.

Vamos, el tiempo apremia… y si en un momento dudas, recuerda que yo ya hice todo eso. 

martes, 16 de agosto de 2011

Dawn


Dawn tiene veinte años pero el aspecto de una dulce chica de dieciséis. Su cabello es tan brillante como el sol y sus pensamientos son tan afilados como cuchillos. Detrás de esa imagen de niña buena que muestra ante sus padres y profesores, existe una persona que juega con los sentimientos de los demás. No importa a quién haya que manipular, pues para ella «el fin justifica todos los medios».

Pero Dawn no siempre ha sido así, ni mucho menos. Ella era una chica normal y corriente hasta que le conoció. Él, la persona que le hizo darse cuenta de que los cuentos de hadas son burdas patrañas y que los príncipes azules desaparecen una vez cumplido su cometido. Por eso juega con todos los hombres; para vengarse.

Esta noche de verano ha encontrado a su próxima presa, así que ten cuidado y que no te pille cerca. Podrías perder la cabeza. 

sábado, 13 de agosto de 2011

Colin


Colin camina con las manos en los bolsillos en busca de una señal que le haga escoger el destino correcto. Ha reunido suficiente dinero, se encuentra tanto en un buen estado físico como psicológico y sobretodo, tiene ganas de comerse el mundo.

Se ha pasado años planeándolo en su cabeza, recopilando información, mordiéndose las ganas esperando el momento exacto. Hasta hoy. 

Va tan sumergido en sus recuerdos que sin querer tropieza con una chica, que suelta su bolsa de mano en el suelo tras el impacto. Colin se apresura en recoger su equipaje y disculparse.

-Lo siento, yo no…

Enmudece al descubrir a una chica menuda de unos dieciocho años de edad. Pero no una chica cualquiera, no. Aquella debe ser la más bonita de todo el mundo.

-No te preocupes, no pasa nada. –Sonríe.- ¡Hasta luego…!

Cuando recupera la capacidad de hablar ella ya está demasiado lejos como para oírle. Pero aún puede verla y descubre una pegatina que lleva en su maleta. La señal.

Entre risas, Colin corre hasta el mostrador más cercano:

-¿Si? –Pregunta la mujer del mostrador curiosa.- ¿Qué desea?

-Un billete para Los Ángeles.

-¿Ida y vuelta?

-No. Sólo ida. 

martes, 9 de agosto de 2011

Misión en el espacio


Carla tiene cuatro años y una imaginación desbordante. Cada tarde su padre se la lleva al campo de golf que se encuentra no muy lejos de su residencia de verano. Allí, junto con su madre, le observa jugar.

Para cualquier niño de su edad aquella situación supondría un suplicio, un aburrimiento total. Pero para ella es la más maravillosa de las aventuras. Desde el carrito de golf, o desde la nave espacial, como ella lo llama, Carla descubre una galaxia que se extiende ante sus ojos. Su misión es la de proteger al universo de los malos. ¿Y sabes lo mejor? Que siempre, siempre ganan los buenos. Así que cada tarde al completar con éxito la misión, Carla entrega las llaves a la recepcionista bajo la frase:

-Nuestra nave es la dos-dos. Díselo a tus compañeros, ¿vale?

Y así, tras un largo día de misión por el espacio, Carla regresa a casa de la mano de sus padres. Mañana será otro día, sí, pero al menos el planeta podrá disfrutar otra noche más de la tranquilidad nocturna. 

miércoles, 3 de agosto de 2011

Uno de esos aburridos domingos


Holly escucha unos gritos provenientes del patio común de su bloque de pisos. No es algo que se escape de lo común allí, así que camina descalza de forma tranquila hasta el balcón con las gafas de sol puestas y no más ropa que unos shorts y una larga y vieja camiseta.

Una vez llega a la barandilla, comprueba que se trata de uno de sus vecinos, Henry. Un hombre de dudosa ética y sin ningún tipo de sutilidad que disfrutaba escaneando con la mirada a las amigas de su histérica y quinceañera hija, Kimberley.

-¡¡Kimberley, abre la puerta!! –Grita Henry bajo la atenta mirada de Holly.- ¡Me he dejado las llaves en casa!

Holly sonríe y desenvuelve una piruleta con forma de corazón mientras contempla la escena. Para entonces el vecino ya ha reparado en su presencia. Le mira perplejo.

-Hola… -Saluda. Holly le hace un gesto con la mano.- ¿Le podrías decir a mi hija que por favor me abra la puerta? Está dentro, pero al parecer no me oye.

Ella no dice nada, sólo sonríe y vuelve dentro de la vivienda. Con las gafas aún puestas llama al timbre esperando que una desagradable Kimberley abra la puerta.

-¿Y tú qué quieres? –Pregunta mirándola con asco.

-Tu viejo está en la calle, sin llaves. –Murmura.- Está gritando en el patio.

-Gilipollas…

Entonces observa cómo su ya-no-tan pequeña vecina deja una taza con batido de chocolate en el recibidor mientras entra a comprobarlo. A Holly no le tiembla el pulso cuando vierte LSD en su bebida.

-Pírate. –Gruñe la chica.- Ya no pintas nada aquí.

Holly hace un ademán y se marcha con una sonrisa en el rostro. Después de todo no va a ser uno de esos aburridos domingos.

lunes, 1 de agosto de 2011

¿Cómo te olvido?


Dolor, furia, locura. Eso es lo que siento cada vez que os descubro juntos. La sangre me hierve y la histeria me ciega. ¿Sabes lo peor? Que sé que en gran parte todo está pasando por mi culpa. Que te asusté, que me empecé a comportar como un neurótico y no quise aceptar la ayuda de nadie. También sé que aún me quieres, me lo dicen esos ojitos tuyos cada vez que sufrimos un incómodo encontronazo. Pero para mi desgracia tú ya estás saliendo adelante, o al menos intentándolo con la mejor de las actitudes. Yo sigo aquí, en el banco de siempre observándote desde mi infortuna.

Y ahora, ¿cómo te olvido?

domingo, 24 de julio de 2011

Advertencia


Cómo te digo que no soy quien tú crees. Que no, que ni soy dulce ni cariñosa, que no me gustan los romanticismos. Que parezco pequeña y frágil, pero que posiblemente tu corazón se rompa antes que el mío. Que yo no me enamoro de una persona, sino de una mirada en cualquier medio de transporte. Que no me gusta dar explicaciones, que todo me da igual.

Que si quedo contigo es porque quiero, no por costumbre, porque es lo que se debe hacer. Que yo no quiero un novio, sino un compañero de camino. Y aunque no lo creas, es diferente. Odio la palabra compromiso y la cantidad de cosas que se hacen por su culpa. Así que dicho esto, no te voy a culpar si ahora mismo sales corriendo por esa puerta y decides borrarme de tu cabeza. Si yo fuera tú, ni siquiera lo dudaría. 

jueves, 21 de julio de 2011

La atracción principal


-No entiendo cómo puede gustarte esta ciudad. Ni siquiera es una ciudad… Es un enorme pueblo costero.

-Es bonita. –Se encoge de hombros.- No se parece en nada a la mía.

Ella lanza un suspiro y deja volar su imaginación. Se visualiza lejos de allí, en una nueva ciudad con un nuevo vestido y una actitud mejorada. Su pasado no tendría validez; podría reescribir su historia.

Entonces lo mira a él, que anda distraído contemplando el horizonte, y comprueba cuán diferentes son. Él disfruta la tranquilidad que el mar le proporciona mientras ella se muere por una ciudad que nunca duerme.

-Ojala pudiéramos intercambiarnos las ciudades. –Sonríe melancólica.- ¿Aceptarías?

-Ni loco. –Ríe.- ¿Para qué querría estar en una ciudad de la que se ha marchado la atracción principal? 

lunes, 18 de julio de 2011

Happy 21st Birthday, Summer

Summer sopla una vela imaginaria y con los ojos cerrados pide un deseo. Siempre se imaginó cómo sería con veintiún años, pero ahora se mira en el espejo y comprueba que sigue siendo la misma de siempre.

Pero eso no es malo. En absoluto. Al fin y al cabo no le ha ido tan mal siendo así; tiene gente maravillosa a su alrededor.

miércoles, 13 de julio de 2011

The first day of my life (VII)


-No. –Respondes.

Contengo la respiración y trato de no parecer afectada. Tú sigues hablando.

-No me gustas un poquito… me gustas demasiado.

Mi corazón trata de recuperar el ritmo a duras penas mientras mi cabeza va procesando la información que le va llegando. Una vez me veo capacitada para hablar, pronuncio una nueva pregunta.

-¿Cuánto es demasiado?

-Lo suficiente para hacer que me castiguen a propósito. –Ríes.- Te llevo viendo por los pasillos desde que comenzó el curso, y desde entonces llevo buscando la manera de acercarme a ti. Cuando te vi salir del despacho del director con una hoja de castigo, supe que era una oportunidad única.

Un nudo sube por mi estómago para desatarse en mi boca en forma de sonrisa. Supongo que son esas mariposas a las que todo el mundo se refiere, porque sólo quiero reír, bailar y hasta gritar. Esta vez me pierdo sin miedo en tus ojos. Ya me guiará tu voz cuando quiera encontrarme.

-Sarah. –Murmuro.

-¿Qué?

-Mi nombre. –Respondo.- Me llamo Sarah.

Y es entonces cuando tus manos se posan en mi cintura y me arrastran hasta ti. Estás tan cerca que descubro tu olor, un aroma embriagador que merma mis sentidos. Alzo la mirada para contemplarte una vez más, temiendo que todo esto no sea más que un sueño.

Pero ahí estás de nuevo, sacándome de dudas. Tus labios entran en contacto con los míos de una forma lenta, pausa y muy, muy dulce. No quiero que esto acabe; quizás por eso enredo mis dedos en tu pelo.

-Elliot. –Susurras sobre mis labios.

El timbre nos hace volver a la realidad. Te hago una mueca y te ríes, no sin luego darme un beso en la mejilla. Quizás es muy pronto para decirlo, pero me hace bien estar a tu lado. Me tomas de la mano y echamos a andar. No importa cuánta gente esté hablando, gritando y corriendo a nuestro alrededor. Yo sólo te escucho silbar esa canción que sonó aquel día por el pasillo del aula de castigo.

THE END

domingo, 10 de julio de 2011

The first day of my life (VI)


Aún no he respondido cuando Grace se marcha para darnos un poco de privacidad. Tus ojos me analizan, como si quisieran averiguar qué se cuece en mi mente. Comienzo a ponerme roja y aparto la mirada. Una sonrisita aparece en tu rostro.

Me tomo mi tiempo antes de responder. No puedo contarte que me escapé del instituto ese día, y que el resto del tiempo he estado evitándote. Así que me encojo de hombros y murmuro un por ahí.

Frunces el ceño, posiblemente consciente de que algo va mal. Temo que puedas preguntarme qué sucede.

-Aún no me has dicho tu nombre; y me lo prometiste, ¿recuerdas?

A pesar de mantener esta actitud distante, tú sigues mostrando el mismo interés que el primer día; lo cual me confunde. Mucho.

-No creo que mi nombre merezca tanta curiosidad…

-¿Ah, no? –Preguntas divertido. Luego te cruzas de brazos y alzas una ceja.- ¿Acaso a ti no te interesa saber el mío?

Cómo decirte que me resulta más fácil desconocerlo; que así, sin nombre, eres una especie de espejismo, un producto de mi imaginación. De repente mi cabeza se bloquea y mi voz desaparece.

-Me dejaste bastante preocupado la última vez que nos vimos. –Apuntas.- Estaba hablando con mi hermana y, cuando me quise dar cuenta, ibas corriendo hacia la salida con la mochila a cuestas.  

-¿…tu hermana?

Su hermana. Tanto lío porque su hermana se ha mostrado en actitud cariñosa con él. Acabo reaccionando con una risa floja, consciente de mi estupidez. Tú sonríes, aunque la confusión prevalece en tu rostro.

-¿De qué te ríes? –Preguntas, pero ya has caído en la cuenta.- ¿Pensaste que era mi novia?

Me muerdo el labio inferior, como si fuera una niña pequeña; y ahora eres tú el que se ríe. Definitivamente, tienes la risa más bonita del mundo.

-Eso es buena señal, ¿sabes? –Me dices.- Porque eso significa que te has puesto celosa… y por tanto que te gusto. Aunque sea un poquito.

Avergonzada, trato de agachar la cabeza pero eres más rápido que yo y aguantas mi barbilla con el pulgar y el índice, haciendo perpetuo el contacto visual. Me armo de valor y te pregunto aquello que tanto miedo me da saber.

-¿Y yo? –Casi susurro.- ¿Te gusto aunque sea un poquito?
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...Continuará...

viernes, 8 de julio de 2011

The first day of my life (V)


Han pasado tres días desde lo sucedido, y el teléfono ha sonado a todas horas desde entonces. Si te soy sincera, he deseado responder más de una vez cuando he comprobado que se trataba de tu número, pero he podido contenerme. Aunque no sé cómo.

El timbre da paso al recreo y me mentalizo para una nueva misión de escapismo.  Aún no he salido del aula cuando Grace se acerca a mi mesa.

-Hola… -Murmura.- ¿Cómo estás?

Ignoro su pregunta y me dispongo a abandonar la clase. No tengo ni ganas ni fuerzas  para una nueva disputa.

-¡Lo siento!, ¿vale? –Exclama tras de mí.- No estuve bien diciéndote esas cosas… No volverá a suceder.

Grace lleva siendo mi mejor amiga desde hace unos cuatro años, y nunca antes habíamos discutido. Quizás es por eso, o porque nunca antes le había oído disculparse, pero decido darle una segunda oportunidad.

-Más te vale. –Le apunto con el dedo para luego brindarle una sonrisa.- ¿Nos vamos fuera?

Durante el descanso conversamos sobre cómo nos hemos sentido durante estos tres días. Me hace bien comprobar que tampoco ha sido plato de buen gusto para ella.  

Mi mente contempla la idea de contarle cuántas veces has llamado por teléfono, pero en seguida desaparece al recordar que aquello fue el detonante de nuestra discusión.

-¿A qué hora tenemos In-…? –La expresión confusa de Grace me hace cortar la pregunta.

Siento cómo una mano se apoya en mi hombro. Pero no es una mano, sino tu mano. ¿Qué cómo lo sé? El anillo que llevas en el pulgar te delata. El corazón me da un vuelco y las manos empiezan a sudarme. Noto cómo el resto de tu cuerpo se aproxima al mío, y entonces, me susurras al oído.

-¿Podemos hablar?
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Continuará

lunes, 4 de julio de 2011

The first day of my life (IV)



-…y se despidió diciéndome que soñara con él.

Grace ha escuchado la historia de principio a fin. He tratado de ser lo más objetiva posible, pero no ha sido tarea fácil. Espero impaciente su veredicto mientras cruzamos el hall del instituto.


-Dime algo, ¿no? –Le apuro.

Entonces aprieta los labios. La conozco desde hace años y sé que esa expresión no va seguida de buenas noticias. Ahora no me parece tan buena idea haberle contado todo.

-No sé. –Se encoge de hombros.- Es evidente que el chico sabe cómo captar tu atención pero, no parece muy serio. No quiero que te enfades, pero me preocupa que seas su juguete nuevo.

Su juguete nuevo, repite mi cabeza. Procuro no parecer ofendida, aunque ambas sabemos que no me ha sentado bien. Se produce un silencio incómodo hasta que te diviso al fondo, dejado caer en la pared con tus auriculares. 

-¡Ése es! –Exclamo demasiado alto.- El de la chaqueta negra.

Mi amiga te analiza de arriba abajo; yo sólo pienso en la forma en la que te voy a saludar mientras avanzo por el pasillo. Apenas llego a la mitad de mi camino cuando compruebo que se me han adelantado.

Te quita los cascos, te revuelve el pelo y te dice algo que hace reír. No puedo oír nada de lo que habláis, tan sólo me oigo a mí misma tragar saliva.

Ella. Ella tiene una larga melena dorada que le cae por los hombros, y una sonrisa que sólo se puede comparar con la tuya. Se mueve a tu alrededor, ágil, y tú no puedes hacer otra cosa que no sea mirarla con ternura.

-Te lo dije. –Grace parece satisfecha de haber acertado con sus pronósticos.- Además, ¿has visto a esa chica? Qué envidia, es guapísima…

-¿Te quieres callar? –Casi grito. Me siento ridícula.- No estás siendo una buena amiga ahora mismo.

Antes de abandonar el pasillo te dedico una última mirada, y es entonces cuando te percatas de mi presencia. No debo tener buena pinta, pues la expresión de tu rostro se transforma de sorpresa a preocupación en cuestión de segundos.

Pero no te preocupes, porque ya no me importa. Saco mi mochila de la taquilla y aprovecho la ausencia de profesores para escaparme del instituto. Hoy me bajo del mundo, porque sí. Porque no quiero falsas esperanzas tuyas, ni malas actitudes de mis amigas. Quizás hoy me sale todo del revés. Quizás tengo que aprender a perder.
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-Continuará...-