Y cuando
dejamos de esperarlo, apareció.
El verano ya ha llegado, así que deja de
quejarte por el calor e invítale a pasar. Guarda el abrigo y pruébate esa ropa
de baño que tanto te gustaba. Deja que los rayos del sol entren en contacto con
tu piel y siente por primera vez este año esa agua salada en tus pies.
Cómprate un par de palas para disfrutar
con los amigos, recupera ese sombrero de palma que dejaste guardado en un
rincón de tu armario y cálzate de nuevo esas coloridas sandalias. Saca esas
antiguas y ridículas canciones del verano pasadas de moda que os traen esa risa
contagiosa de nuevo. Pero sobretodo, comienza a sentir esa libertad que poco a
poco ya va llegando.