De un día para otro me encuentro buscando a
tientas las sábanas de la cama. El ahora fresco viento se cuela por las
rendijas de mi persiana y entra en contacto con mi piel, erizándola. Me arrebujo
entre las telas y me enrosco como un minino para protegerme. Tú no tardas en
aparecer, deslizándote a través de mi espalda y rodeando mis brazos con los
tuyos.
-Acabo de recordar por qué me gusta tanto el
otoño.
A mí también me encanta el otoño ;) Es todo muy bonito
ResponderEliminar