viernes, 14 de noviembre de 2014

Carlota


El último semáforo que lindaba con los límites de la ciudad se puso en rojo. Fuera llovía a mares. Las gotas iban ganando más cuerpo hasta tal punto, que Carlota pensó que el granizo era cuestión de tiempo.

Se preocupó un poco, no lo iba a negar. Le esperaban unos cuarenta y cinco minutos del que se le antojaba el más solitario de los recorridos. Hasta que le observó.

En el coche de al lado una chica de más o menos su edad no paraba de moverse. Al principio creyó que estaba regulando el asiento, pero entonces la vio gesticular. Parecía despreocupada, como si la tromba de agua que caía no fuese consigo. Entonces lo comprendió.

Encendió la radio e insertó su CD preferido. Ahora le tocaba a ella.


Quizás los malos tiempos son inevitables, pero con música son menos malos.

4 comentarios:

  1. Que preciosos son tus textos cortos. Es increíble como con tan pocas palabras consigues crear relatos tan hermosos.
    Un besaszo <3

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  2. La música es un seguro de sueños.

    Saludos

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  3. Nunca he sido mucho de música de hecho la suelo escuchar muy poco, pero creo que a veces es necesaria para sobrellevar las cosas.
    Saludos, me quedo por aquí.

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  4. La música siempre es el mejor remedio a cualquier enfermedad... sobretodo si sabes elegir la adecuada (¡nada de canciones tristes cuando estás por los suelos!).

    Besos

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