viernes, 28 de septiembre de 2012

Llueve

Aparta todas las cosas que hay por su escritorio y se sienta sobre éste, apoyando la cabeza en el cristal. Fuera diluvia con fuerza, como si el cielo tuviese intención de caerse, como si él también quisiera manifestarse. Ella sólo lo observa, ensimismada.

Para la mayoría del mundo la lluvia es un mal necesario en pequeñas dosis. Una invocación cuando lavas el coche o riegas las plantas. Para otros muchos era la excusa perfecta para quedarse en casa, resguardados de todo y disfrutando de una buena película, un chocolate caliente o simplemente una mantita. Para ella era el momento perfecto para escribir.

La lluvia era la mejor de las músicas, la más hermosa y tranquilizadora. Podía pasarse escuchándola durante toda la tarde, sin cansarse de ella.

Una vez adquiere su medida necesaria de lluvia, retoma el asiento en su sillón y toma papel y lápiz. Las ideas llegan a ella como rayos que iluminan el cielo gris.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Victoria

«Mamá,
Sé que estás triste porque no me has podido acompañar al aeropuerto, pero no puedes perder tu trabajo, no como están las cosas ahora. Tu sueldo es esencial en casa, lo sabes. Sólo te pido que, aunque trabajes más horas de las permitidas, seas prudente. No les des “razones” para que te despidan.

Es irónico cómo nos dicen que nos enseñan la historia desde pequeños para que no caigamos en los mismos errores. No sé cómo o cuándo ha sido, pero ahora mismo me encuentro emigrando, igual que el abuelo. ¿Recuerdas cuando era pequeña y me contaba cómo se había ido a Alemania a trabajar? Quién me iba a decir que hoy tomaría esa misma decisión.

Tú no estés triste, porque sabes que voy a estar bien, incluso mejor que aquí a nivel económico y laboral. Por fin todos estos años de estudios y preparación van a dar sus frutos, como me decías.

Yo sé que no te llevas bien con los ordenadores, pero te he dejado el de sobremesa preparado para que hablemos por las noches. Será divertido, ya verás.

En cuanto tenga casa y ahorre lo suficiente para el billete quiero que vengas a visitarme, aunque sea por unos días.

Te quiere tu hija,
Victoria».

domingo, 23 de septiembre de 2012

Caroline



-¿Cómo puede gustarte el otoño? –Le pregunta como si hubiese dicho el mayor disparate de la historia.- Es una época de alergias, astenias y malhumor. Los niños lloran por “la vuelta al cole” y los trabajadores por volver a sus puestos. A nadie le gusta.

-A mí me encanta. –Responde con total y suma paciencia.- Vuelve ese fresquito que te obliga a recuperar las sábanas por la noche, las nubes raras, los gorros de lana. Volvemos a ver a nuestros amigos, y en muchos otros casos tenemos la oportunidad de comenzar de nuevo en otro lugar. Volvemos a tener cosas que hacer, propósitos, metas renovadas. Y si tienes astenia otoñal, pues vente conmigo al parque a dar un paseo. Te encantará pasear entre hojas caídas y ese olor a tierra mojada.

-Caroline, en el mundo debería haber más gente como tú.

martes, 11 de septiembre de 2012

No quedan días de verano

Por última vez este verano, sus pies son alcanzados por el último rinconcito de mar que llega a la orilla. Summer cierra los ojos y disfruta de esa fusión de sensaciones que únicamente se produce en septiembre. Así, el agua conserva el calor concedido por los rayos del sol mientras que el viento es fresco, casi otoñal.

Se despide de un buen verano, de uno diferente. De un verano en el que han surgido metas importantes, en el que se ha conocido un poquito más; y no sólo a ella, pues también a los demás y hasta a una nueva y preciosa ciudad. Córdoba.

Así despide a esta estación que tantos momentos le ha regalado. Y aunque agradecida, sigue afirmando que diciembre siempre será la mejor época para enamorarse.

Tú ya sabes que me da vergüenza colocarme ante una cámara, que no soy de esas chicas que viven enamoradas de su reflejo. Gracias por la paciencia, por los días de verano y por las noches de invierno. Porque mientras tú seas mi fotógrafo, yo seré tu principiante modelo.

Fotografía ©Wthesungoesdown

martes, 4 de septiembre de 2012

La pega de los que escribimos...

-¿Sabes cuál es la pega de los que escribimos?

+Sorpréndeme.

-Que vosotros, el resto de mortales, os creéis que todas las historias tratan sobre nosotros.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Harmony

Ella era la amiga de todos pero la novia de nadie. La que todos perseguíamos cuando se limitaba a darnos lecciones sobre las ventajas de ser una persona sin pareja, sin ataduras. A veces me preguntaba si realmente era tan inocente, o si conocía los tan ciertos rumores que afirmaban que todos estábamos locos por ella.

Lo malo de una chica así, tan libre como el viento, es que todos sabíamos que un día cambiaría. Que no sería de todos y de nadie, sino que acabaría siendo de una sola persona; y ese día estaríamos realmente jodidos, porque aquel extraño que había robado su corazón llegaría para quedarse.  

Hoy, eso tan temido ha sucedido; y lo más lamentable ha sido cuando ninguno hemos podido pronunciar malas palabras sobre él. No lo conocemos, pero parece un tipo estupendo.
Supongo que esa es la peor de sus virtudes. Nunca acabas odiándola. Aunque lo desees con todas tus fuerzas.