lunes, 20 de octubre de 2014

Cazador cazado



—Háblame de él.

—Es un cabrón —le confiesa rotunda, suprimiendo una media sonrisa que no le llega a los ojos—. No tiene alma, dicen que se la vendió al diablo. Quizás por eso se dedica a jugar con las de los demás. Le gusta llevar los zapatos bien limpios y brillantes, aunque creo que más que por higiene lo hace por lascivia.

—¿Lascivia? —Pregunta sorprendida—.

—Solía decir que algunos días conseguía verle las braguitas a cualquier chica o mujer que llevase la falda un poco más corta de lo normal —hace una pausa y mira curiosa a la chica—. ¿Por qué quieres saber todo esto?

—Un cazador tiene que conocer a su presa.

1 comentario:

  1. Espero que le devuelva su juego con la misma moneda. Ojo por ojo... :P

    Un besito.

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