sábado, 22 de febrero de 2014


«Sinvergüenza, canalla y pirata. Gafas de sol casi tatuadas y media sonrisa por bandera.

El que me busca la lengua, me saca de quicio y me suaviza con una simple mirada. El que me hace volver a los quince disfrutando de los privilegios de los veintitantos. El que me enseña día tras día que me preocupo demasiado por situaciones tan futuras como inciertas. Disfruta del presente, me dice.

Y confieso que resulta ser un alivio, un respiro de aire fresco…».

-¿Qué escribes? –Pregunta el joven asomando la cabeza por encima de su hombro.

-Tonterías mías. –Responde mientras cierra el viejo cuaderno tan rápido como puede.

-Te preocupas demasiado…

3 comentarios:

  1. No sabe él la suerte que tiene, que un escritor se enamore de alguien lo convierte en eterno ;)

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  2. Preocuparse demasiado, a veces lo hago antes de que las cosas sucedan y muchas de las veces no suceden como las habia pensando.

    Saludos

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