Un instante, eso es lo que dura un despertar que ansío eterno. No me hace falta verlas para saber que tus manos, exploradoras, han acampado en mi espalda. Siento tu respiración a un par de centímetros de distancia sobre mi frente, reavivándome tu aroma, ése que sólo yo conozco. Tus piernas se entrelazan con las mías y me aferran a ti, logrando que ni el aire se interponga entre nosotros. Alzo el rostro con los ojos aún entrecerrados, molestos por la luz de un nuevo día. Y ahí estás. Trato de memorizar tu anatomía para que en el próximo y desafortunado amanecer sola, mi cabeza pueda reproducirte al detalle. Vuelvo a acariciarte una vez más, como si no fueses real, como si fueses el más dulce de los sueños. Es entonces cuando me devuelves la mirada, me sonríes y me das los buenos días más hermosos que nadie pueda plasmar mientras me derrito con el primer beso del día.
Cuanto amooooooor, me encanta :) Esos son los mejores amaneceres ^^
ResponderEliminarHas hecho que me derrita con esta entrada. ¡Qué bonito es el amor descrito con esas palabras! ^^
ResponderEliminarQue suerte levantarse así...seguro que se come el mundo!
ResponderEliminarQué escena más preciosa has creado con tus palabras, y cuánto amor se respira!
ResponderEliminar(¡me encanta la foto!)
Un beso enorme :)
Increible, es una pequeña pero preciosa historia!!
ResponderEliminarUn beso enorme :)
Que preciosidad de texto, un amanecer asi es de lo mas romántico y dulce :)
ResponderEliminarBesos