La quería libre y joven, con
los ojos en el mar y la cabeza en cualquier parte.
Quizás lo primero que le llamó
la atención de ella fue esa frescura que acompañaba a su sonrisa sempiterna. Por
supuesto que no era perfecta, pues tenía un montón de defectos… Pero incluso
ellos hacían de aquel ser una persona única.
-El día en que me dejes de querer –le
decía-, me convertiré en mar para volver a verte cada tarde.
Me encanta la foto.
ResponderEliminarMejor que ese día no llegue...
¡Sueña bonito!
Me gusta mucho :)
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