Es curioso cuánta importancia puede cobrar una
fotografía. Siempre le llamó la atención la capacidad que tenía de retratar un
instante e inmortalizarlo de por vida. Cierto es que criticaba a aquellos que
banalizaban el poder de una cámara fotográfica y capturaban su imagen por
aburrimiento o por puro amor propio.
Paul
siempre afirmaba que para que una fotografía tuviese valor, debían suceder una
de las siguientes cosas: que se tratase de un momento especial, digno de
capturar o que dicha fotografía estuviese repleta de belleza, de arte.
Siempre
detestaba a aquellos que se gastaban porque sí auténticos tesoros para
pavonearse ante sus conocidos con cámaras de primeras marcas; pues él jamás
olvidaría cuánto trabajó para conseguir la suya. Y por supuesto, anterior a esa
tuvo una de dudosa calidad con la que iba explorando el mundo.
Si
le preguntas a Paul, el fotógrafo nace, no se hace. Lo lleva dentro de su ser,
y sus fotografías son la forma de expresar su visión, su filosofía.
Así que la próxima vez que vayas a realizarte una
fotografía, piensa bien en el valor que tiene para ti. Quizás una de las
siguientes se lleve tu alma.
:)
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