jueves, 15 de noviembre de 2012

Luca y Rebeca

Si preguntaran a cualquier amigo o conocido de Luca y Rebeca sobre ellos, diría que son un auténtico cóctel molotov. Que pasan el tiempo haciéndose daño el uno al otro, que es una historia pasada de rosca y que jamás de los jamases acabará bien.

Pobres ilusos.

Los amigos y demás personas cercanas a Luca y Rebeca no saben que discutir es lo que mejor se les da. Que discuten por todo: comida, desorden, el aire acondicionado, demasiado orden, la película del cine, y hasta por el color de su pelo. Por puro placer.

Basta con una frase con punta para encender la mecha. Lo demás viene al instante, como la pólvora. En un abrir y cerrar de ojos se encuentran en medio de cualquier lugar vociferando cosas que realmente no piensan, que no sienten. Los gritos duran lo mismo que una detonación. Momentos después, lo único que hay alrededor son cenizas.

Es entonces cuando resurgen como un ave fénix, fundidos en uno. La pasión vuelve a florecer con una nueva forma, más fresca, más nueva.

Si preguntaran a Luca y a Rebeca por cualquier amigo o conocido, dirían que son unos pobres ilusos. Que jamás conocerán el verdadero significado de la pasión.

2 comentarios:

  1. No sé si merece la pena discutir solo por sentir pasión después. La pasión debería venir de algo sano, no tóxico. Esto sólo les destruirá.

    ResponderEliminar
  2. *ains*
    (no estoy de acuerdo para nada con Elendilae; prefiero la pasión más sincera. tal vez porque soy una ingenua. pero la pasión de lo tóxico es tan bonita también, y brilla tanto cuando se la ve escrita.)

    ResponderEliminar

Muchas gracias por dejar tu huella.