-¿Y te dolió mucho? –Pregunta inocente mientras contempla mi nuevo tatuaje.
-Un poco. –Me encojo de hombros. Ella odia a los tíos que van de duros, que ni sienten ni padecen, así que procuro no parecer uno de ellos.- El tipo que me lo hizo dijo que hay sitios donde duele más. Supongo que se referirá a la mano y esas cosas… De todas formas nunca lo sabré: este es el único que voy a llevar durante el resto de mi vida.
-¿Por qué?
-Porque quiero que sea especial. –No puedo evitar sonreír al verla tan atenta.- Si me he hecho este tatuaje ha sido porque he estado todo un año viviendo fuera y quiero que permanezca conmigo siempre, ¿sabes?
Ella asiente y permanece en silencio. Está recostada en aquel viejo tronco mirando las nubes.
-¿Y tú? –Pregunto.- ¿Te harías un tatuaje?
-Jamás. –Responde rotunda.
-¿Y puedo saber por qué…? –Se me escapa una risita.- ¿Acaso te da miedo?
-Los tatuajes son para toda la vida. –Murmura.- Y no quiero que haya nada en la mía que dure tanto. Para siempre es mucho tiempo.
¿Ni siquiera el amor?
ResponderEliminarguau! la entiendo perfectamente me encanta
ResponderEliminarun beso ;)
Pues yo pienso hacerme uno, es más mañana voy a preguntar cuando me costará :)
ResponderEliminar¿Nada, nada? A mi no me gustan los tatuajes, pero me gustan como se ven (Eso es raro)
ResponderEliminar*Besos
Creo que el para siempre da un poco de miedo!
ResponderEliminarEs cierto, para siempre es mucho tiempo. Demasiado...
ResponderEliminar