miércoles, 25 de junio de 2014

Bum bum, bum bum



A veces me entra el miedo y mi corazón empieza a latir más rápido de lo que ya lo hace, y la verdad, eso es mucho.

Por desgracia no es la primera vez que reacciona así, y ya conozco al dedillo lo que le pasa: presiente que le van a hacer daño, que se va a romper.

Por suerte nunca es tan grave como él se piensa: sólo se resquiebra un poco, nada que los días no cicatricen.

Lo peor de todo es cuando es una herida que está a punto de cicatrizar se reabre. La historia de mi vida. Siempre da en el punto de sutura.

Cuando esto sucede, el pobre se pasa la noche palpitando como si fuese una bomba de relojería, y a mí me toca quedarme en vela con él, para que no se sienta más sólo de lo que se cree.


...y qué tranquila duerme tu cabeza. 

4 comentarios:

  1. "De corazones rotos va la cosa..."

    Muy bonito lo que has escrito. Me encanta tu blog, escribes con una sensibilidad muy grande. Felicidades.

    Un saludo.

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  2. wow...Bellísimo, aún así, creo que el dolor se intesifica al creer en él. Quiero decir, a veces la confianza puede ser la mejor medicina o incluso comprender que el dolor es necesario para que el corazón consiga hacerse más fuerte.
    Sigue así.
    Un beso con sabor a limón.
    -Paula-

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  3. Por eso mismo siempre tengo a mano un par de tiritas, nunca se sabe cuándo las vas a necesitar...
    Un beso

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  4. Mmm... mi cabeza suele ser un hervidero cuando a mi corazón le da por latir a contratiempo...

    Paracetamor para estas ocasiones. ¡No de nadie! ¡De nosotras mismas! Mimos y a seguir corriendo.

    Besos

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