miércoles, 10 de julio de 2013

El deseo

-Ocho. –Anuncia representando el número con los dedos de sus manos.- Ocho días para que cumplas los veintitrés. Te haces vieja, ¿eh?

-Me hago mayor. –Puntualiza ella.- Aunque a estas alturas no estoy muy segura de querer dejar atrás este año…

-Va a pasar quieras o no. –Se encogió de hombros.- Al menos siempre puedes pedir un deseo. He oído que este año quieres una tarta con velas a toda costa, ¿no?

-Si las velas no se soplan el deseo no se cumple. –Le recuerda.- Tampoco tengo muy claro qué quiero pedir…

-Podrías pedir dejar de ser tan insegura. –Propuso.

-O un trabajo…

-…o independizarte…

-…o tú-ya-sabes-qué…

-…quizás puedes pedir “ser feliz”. Eso lo englobaría todo, ¿no?

2 comentarios:

  1. Alcanzar la felicidad como quien alcanza el Nirvana es un estado realmente difícil, por no decir imposible. "La Felicidad". ¡Ser feliz está sobrevalorado! ¿Qué pasa si no alcanzas ese estado de plenitud? ¿El mundo deja de tener sentido?

    Quiero decir, creo que en término general, "siempre", no se puede ser feliz, pero en pequeñas dosis, en pequeños momentos, sí, y más si es lo que quieres alcanzar. ¿Serías feliz si no tuvieses trabajo, no fueses valiente, independiente, o tú-ya-sabes qué?

    Nos venden ser felices todo el tiempo, a todas horas, y no permitirnos un mínimo de infelicidad, frustración o tristeza. Eso tampoco es sano. Todo tiene un opuesto y hay que saber vivir y tratar con los dos.

    Y hasta aquí mi pequeña reflexión del día, jajaja.

    ¡Pide lo que quieras, qué demonios!

    Un besito

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  2. Ser feliz es difícil, porque primero debes saber qué es lo que te hace feliz.
    ¡Un beso! :)

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