domingo, 22 de mayo de 2011

El bar de siempre


Las tres de la mañana y ahí seguimos nosotros, los de siempre, con el culo pegado a las sillas de la barra. Jose pide chupitos para todos mientras me zarandea repitiendo la frase «te echábamos de menos». Y por qué negarlo, el sentimiento era mutuo.

Desde que había comenzado aquella turbulenta relación con… ella, había dejado a un lado todo lo que había formado parte de mi vida hasta el momento: mis amigos, el bar de siempre, la moto… Se había encargado de hacerme a su medida y yo, como un tonto, le había concedido el poder para hacerlo.

Ya vamos por el quinto chupito de tequila cuando las bisagras de la puerta principal chirrían al recibir a un nuevo cliente. Ni siquiera es necesario que mire de quién se trata, lo sé por la cara que ponen mis amigos y por la palabrota que Miguel suelta en un susurro.

No hay que ser un genio para saber que lo está haciendo a propósito. Odia ese bar, odia a mis amigos, y ahora me odia a mí. Por eso se contonea hasta el fondo de la mano de aquel tío que parece un gorila. Una vez han localizado una mesa, el chico se queda guardando el sitio con cara de idiota mientras ella va al cuarto de baño.

-Tío, levántate. –Pablo me coge por el hombro.- Vamos a tomarnos la última en casa de Jose.

Y me levanto, pero no sigo a mis amigos sino que doy media vuelta y me dirijo al gorila. Voy en son de paz, quizás es por eso por lo que su expresión no cambia al colocarme frente a él. O porque puede noquearme de un solo puñetazo. Me enfundo en una confianza hasta ahora desconocida y me siento frente a él.

-Qué tal. –Saludo sin demasiado entusiasmo.- Mira, tú no me conoces de nada y la verdad es que debería darme igual lo que hagas con tu vida, pero ya estoy aquí. Sólo voy a advertirte que tengas cuidado con Susana. Que no es tan tonta para lo guapa que es.

No le dejo hablar, y cuando tiene la oportunidad de hacerlo yo ya estoy con la chaqueta en la mano y el casco en la otra. Quizás no esté todo perdido.

4 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho la narración de la historia en primera persona :)

    Si es que a veces las mujeres somos un poco malas... Y si a ella ni le gusta ese bar, ni la música, ni sus amigos, pero sin embargo va, será que todavía le importa, porque sino no haría todo eso y simplemente pasaría... Si todavía quiere que se fije en ella será por algo ;)

    Un besito

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  2. Conclusión: qué difícil es olvidar.

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  3. Jajaja me encanta lo de que no sea tan tonta para lo guapa que es...no sé es muy original como lo has descrito todo!

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  4. Uf, que chungo ¿no? ;D
    ¿Habrá continuación? Me ha gustado mucho, de lo mejor largo que has escrito. Tiene un toque especial y ese chico es digno de ser conocido!

    Besos de purpurina, alicia.

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