martes, 1 de mayo de 2012

El secreto de un buen final



Y entonces, sucede.

Se  produce el momento cumbre, la magia brota y nos mece hasta la culminación de nuestra historia. Se detienen las nubes, el tiempo, los niños, el agua todo menos nuestros sueños, que comienzan a salir despedidos desde el rincón más recóndito de nuestro corazón (y mente). Así, desde ese clímax, alcanzamos un estado que nos puede llevar desde la risa al llanto, desde la máxima calidez a la más cruel frialdad. Ese es el gran secreto de un buen final. El desarrollo de la historia ya vendrá solo.

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